Alguna gente piensa que no puede aprender un idioma porque no tiene las neuronas del idioma.
Pasa lo mismo con la tecnología…
Pero esto no va de neuronas especializadas o no. Va de otra cosa y te lo voy a explicar.
Un ordenador es una máquina.
Una máquina tonta o lista, depende como la quieras considerar, pero una máquina.
Podríamos decir también, o podrías escuchar que es un «dispositivo» pero creo que es más fácil de entender la palabra máquina que dispositivo para la mayoría de la gente de más de 40 años ahora en el año 2022…
Decíamos que es una máquina, tonta o lista… es una máquina con la que puedes jugar al buscaminas —imagino que el que más el que menos ha jugado alguna vez al buscaminas— o también es una máquina con la que el hombre ha conseguido llegar a la luna en cohetes y naves…
Fíjate qué gracia, jugar al buscaminas y viajar a la luna ¿No crees que habrá algo entre medias que nos pueda servir de utilidad a los comunes mortales?
Yo creo que sí, y en este curso es de lo que se trata, de aprender a usar las máquinas (en este caso meteremos en esta categoría lingüística, ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, relojes inteligentes, o televisiones inteligentes.
Estos últimos los podrás oír nombrar también como «smartwatches» y «smart TV».
De hecho, no hace mucho que a los móviles también se les llama Smartphones: ¡qué curioso! Las máquinas listas o “smart” que dicen los yanquis, ¡y lo que dicen los yanquis mola mogollón!, te acordarás fácilmente porque es la unión de esa palabra “smart” + la palabra original, Phone = Teléfono, Watch=Reloj y TV = TV o Televisión, ¡esta era fácil!
En fin… que mucha gente odia la informática porque consideran que es una ciencia oculta, que siempre que oyen hablar de informática, piensan que no entienden nada, que es algún lenguaje oculto, oscuro…
También tengo un amigo que siempre dice que es cuestión de neuronas… que es algo que requiere de unas neuronas especiales que ellos no tienen… pasa como los que les faltan las neuronas especiales para aprender idiomas…
Dios es así de cruel, cuando nacemos, nos toca mágicamente y a alguna gente les quita las neuronas para aprender idiomas, y a otros les quita las de aprender informática.
Lo peor de lo peor, es cuando Dios tiene un mal día y dice, ala a este lo voy a joder bien, y le quita las neuronas de aprender idiomas y le quita las de aprender informática.
¡Una vida perdida! ¡Una vida sin sentido ni posibilidad de éxito!
Qué pena por Dios, ¡¡¡cómo puede ser Dios tan inhumano!!!
Bien, lo cierto es que un día tuve una conversación con Dios y me confirmó algo que yo ya intuía… y es que él no tiene nada que ver y que no hay neuronas de aprender inglés, ni neuronas de aprender alemán, y lo que ya me dejó con la boca abierta, que no había neuronas especializadas en aprender informática. ¡OMG!
¡Qué me dices! ¡Pero… pero… ¿entonces?
Bueno, supongo que has oído hablar de esa gente que le dices que, si le duele la cabeza, probablemente tenga algo, o que, si tiene hormigueos, puede ser que tenga un trastorno de cualquier tipo y entonces está ya jodida o jodido porque las personas tendemos a pensar lo peor.
No pensamos lo mejor, no somos optimistas, pensamos lo peor.
Bueno, ese tema de las enfermedades auto adquiridas lo dejaremos para otro momento. Ahora nos vamos a centrar en la habilidad, en la capacidad, o en la voluntad, de hacer algo, de aprender algo.
Lo que me dijo Dios entonces, cuando tuve aquella conversación con ella (Sí, por si no lo sabías, aunque le decimos Dios, en realidad Dios es mujer), es que las personas, cuando ella les dio el don del libre albedrío -que quiere decir, en resumen, como que nos deja hacer lo que nos dé la gana-, algunas personas eligen autoconvencerse de lo que les interesa o le interesa a su cerebro, quizá por falta de querer esforzarse, quizá por comodidad del cerebro, quizá porque cuando queremos hacer un deporte o salir a correr, siempre encontramos una excusa para no hacerlo ¡Qué sé yo!
El mecanismo psicológico es el mismo… nuestro cerebro es “gandulete”, y nuestro libre albedrío consiste en -muchas veces- hacerle caso a nuestro cerebro que nos quiere, y no quiere que nos compliquemos la vida.
Bueno, todo esto es un poco largo ya… vamos al lío… el lío no es tal lío…
Todas las personas, cualquier persona, cuando nace tiene las mismas capacidades y posibilidades… las mismas.
No por nacer aquí o allá, nacemos con neuronas especializadas en una temática concreta o en toda la enciclopedia británica actualizada, no, no nacemos así.
Evidentemente -estarás pensando- los que nacen en condiciones inhumanas, en sociedades injustas… bien. Eso es contexto. ¿Influye? Sí, mucho. Poco no… mucho.
Pero las capacidades las tiene igual esa persona que otra si quitamos todos los condicionantes externos. Cuando nace quiere comer y busca el pecho de su madre, o coge el biberón si no coge pecho. Cuando puede abre los ojos, y desde que está dentro de la barriga de su madre, escucha, y siente a su alrededor.
Después conforme va creciendo, mimetiza todo lo que oye ve… y si está en España pues hablará español, porque oye y mimetiza, asocia ideas y las pone en práctica para socializarse y sobrevivir en el medio en el que está desarrollándose.
Si esa niña o niño, está en contacto directo con dos idiomas al tiempo -o con tres- y los oye permanentemente y se dirigen a ella o a él… y ve cómo responder… pues esa niña o niño si está en ese contexto desde su nacimiento… y crece los primeros cinco años (digo esos primeros porque nuestro cerebro tiene permeabilidad específica para establecer las conexiones cerebrales del habla y la escucha, mucho más que después de esos cinco años), pues decía, que esa niña o niño, será bilingüe, trilingüe, o suma y sigue.
No es ninguna tontería, el ser humano es así, y nuestras limitaciones, de las que no nos damos cuenta por lo general, son las que de alguna forma (= contexto), hacen o proyectan comportamientos, manías, complejos… en estos seres pequeños que deberían tener en esos años lo mejor de nosotros y de lo que nos rodea, las mejores experiencias, el mejor humor, la mejor comida (y variada), el optimismo, la cultura del esfuerzo, de la perseverancia, del juego…
¡vaya chapa! A lo que voy… aunque ya lo habrás visto…
Si acabas de tener una hija o hijo, y si te has gastado lo que no puedes contabilizar en tu vida (tú o tu familia) en inglés o en otro idioma ¿me estás diciendo que no puedes hablare a tus hijos en ese idioma? ¿unas frases cada día? ¿ponerles dibujos en inglés o en otro idioma?
Mira… yo sé que no soy un Gentleman, no, porque nací en Albacete, sí, en Albacete… siempre que lo digo alguien hace alguna broma, qué le vamos a hacer -oye, en Albacete hay o han salido grandes humoristas, eso ¿lo sabes?
Bueno, esto no es una broma… cuando nació mi primer hijo, yo le saludaba por las mañanas en inglés, le hablaba en inglés tanto como podía, en casa, en el parque… evidentemente no soy un experto, pero he ido al colegio y luego al instituto, hasta me dejaron ir a la universidad -y me pagué parte de mi carrera trabajando ¿te lo puedes creer? ¿con 16 años estudiando y trabajando? Bueno esa es otra historia…
Pues eso, me tuve que empollar en YouTube expresiones para niños, «caca«=Yucky! «rico» =Yummy! “Cariño no» = no sweetheart! «cógeme la mano» = hold my hand Little boy!, «aupa», «cu-cú», «cuidadín»… te puedes imaginar… el curso de inglés de parvulitos para padres españoles (igual no sabes lo que son parvulitos, eso será en otro post).
Luego en el parque era una aventura… la gente nos miraba raro… algunos -los que menos- hasta preguntaban… eso era un alivio porque te permitía expresar y afirmar mi creencia de que era beneficioso para su cerebro, y para él.
Otros luego decían que no, que como mi «acento» es espanglish, eso le hace más mal que bien… en fin… como todo, hay expertos de todo en todo. Yo los escuchaba a todos, hablaba con todos, pero luego seguía erre que erre con «mi libro».
Lo cierto es que yo había leído. No poco… había leído mucho.
Sobre el tema. Sobre los hijos de militares americanos que tenían niñeras locales o de otros países que les cuidaban a los niños y cómo esos niños habían hablado varios idiomas sin ningún problema.
Si quieres saber los libros que leí… deja un comentario abajo, y te los diré, así compruebo que me has leído, siempre nos gusta que la gente nos lea, siempre me gusta que la gente piense un poco y se postule… no hace mal. Hace bien. Pensar y proponer pros y contras, hace bien. Es saludable. Es recomendable.
A mí me gusta, me gusta que la gente me dé su opinión. Siempre aprendo algo nuevo.
Así que, por no alargar mucho esta historia, te diré que cuando tuve mi segundo hijo lo intenté también y luego vino Alicia y ya con tres me resultaba casi imposible poder dedicar a esos diferentes niveles la dedicación que me hubiera gustado, pero te puedo decir…
Que mi hijo mayor tiene 11 años, y tiene nivel de inglés B2 oficial de Cambridge. Sacó nota casi de C1 y era el «niño» más pequeño de todos los que se presentaron al examen oficial (del instituto para arriba).
Habla y juega con niños de habla inglesa de otros países (lo oigo habitualmente con la PS4), y se desenvuelve MUY bien con ellos.
En la academia, va dos cursos por delante de los niños de su edad y lo cierto es que tiene buen nivel porque ve dibujos, televisión, lee en inglés sin problema y lo practica siempre que puede. Los otros dos, les cuesta más, no pude dedicar todo el tiempo que me hubiera gustado, pero también están bastante avanzados.
Con esto, lo que quería decirte, es que bueno, pues como me dijo Dios, la gente tenemos todos las mismas neuronas, y realmente, lo que tiene sentido es que intentemos aprovecharlas al máximo… incluso para aprender informática en caso de que creas que llegas tarde, NUNCA llegamos tarde.
Igual piensas que como no aprendiste de niño informática ya es tarde. Pero la moraleja de esta historia es que yo soy informático, y también vendimié, fui camarero, trabajé en la madera, también albañil…
Mi primer ordenador lo tuve con 18 años, un i386 que me compré en Telealba. La tienda la cerraron por piratería, bueno creo que en realidad la multaron, me enteré después.
Pero bueno, yo ya llegué tarde, quizá digas, bueno 18, no son 30, o 40, o 70 o… bien… ni con 80 es tarde.
Unos más otros menos, pero todos somos capaces de manejarnos con esas máquinas endiabladas que no sabemos de dónde vienen y que, en lo más profundo de sus mecanismos, esconden al mismísimo demonio…
Mientras piensas en todo esto, aprovecha y pasa un gran día…
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